SUEÑO...
Anoche,
en sueños, vi un mundo completamente feliz. Todo era perfecto, mis
amigos y mis familiares siempre estaban pletóricos, disfrutando de
todas las cosas incluso de las más pequeñas y sencillas. No
conocían la tristeza, la angustia, los problemas... Vivían
en un mundo irreal, aunque muy real y auténtico para ellos.
De pronto, de un sobresalto me desperté. Había perdido la noción
del tiempo, incluso no sabía dónde me encontraba.
Recordaba vagamente en mis pensamientos un mundo
maravilloso. En ese momento sentí una gran congoja, deseaba volver a
dormir para sentir aquella agradable sensación de felicidad a mí
alrededor. Pero no pude, entonces me di cuenta que felicidad y
tristeza van unidas de la mano, una no existe sin la otra.
Al amanecer,
estando más lúcida que nunca, recordé que siempre tuve delirios de
tristeza y que éstos me provocaban aquél ansia de felicidad.
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