“Abrumadoramente cotidiano”
He
vuelto, me miro de soslayo en el espejo y creo no reconocerme.
No lo
pienso; pues es evidente que si no lo hago no va a suceder. Mejor
dejar las cosas como están.
La
cama revuelta, muestra inequívoca de lo que ha ocurrido, la ropa
esparcida aquí y allá. Y yo en el centro sin saber muy bien qué
hacer.
Siento
en mi sien, el palpitar salvaje del corazón de la naturaleza
humana, a la que creo aun pertenecer.
Mal
día para dejar de fumar, me digo mientras enciendo un cigarrillo.
Qué
sensación tan extraña; aunque…a la vez tan conocida.
En
fin; son las siete y media, sonó el despertador y hay que ir a
trabajar.
¡A
ver qué me pongo hoy!
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