sábado, 22 de diciembre de 2012

Cristina Pérez


 PRIMER PREMIO VI CONCURSO DE MICRORRELATOS
Yo a mi angustia la arropo, le doy de comer, la cobijo y salgo a la calle y grito y río y lloro, todo se quiere cuesta arriba y nada se olvida cuesta abajo.
Esto iba pensando Manuel treinta años después de que la policía le gritara ¡manos arriba! ¿Quien anda ahí? Antes, por instinto, había tirado el trozo de pan seco al canal y teniendo las manos vacías vaciló. Echó a correr hacia su casa que estaba cerca….. extenuado , decidió atajar por el bar de Lucía y llegó a la puerta de San Román, el primo de su mujer era sacristán y lo ocultó debajo de los mantos de los santos, rezaba para poder vivir y llegar a casa, aunque fuera sin pan, y poder ver a sus hijos, que a estas horas, seguramente, estarían en la escuela. Se despertó con la boca seca, había bebido demasiado ¿soñé?

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